Análisis Bíblico
15 de junio de 2025
2 Crónicas 20

2 Crónicas 20

La batalla no es nuestra, sino de Dios.

Capítulo Completo

1 Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra.

2 Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi.

3 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.

4 Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.

5 Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo;

6 y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?

7 Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?

8 Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo:

9 Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.

10 Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos, y no los destruyese;

11 he aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión.

12 ¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos.

13 Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos.

14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión;

15 y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.

16 Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.

17 No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.

18 Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová.

19 Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.

20 Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.

21 Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.

22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.

23 Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.

24 Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado.

25 Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos, que no los podían llevar; tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho.

26 Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron a Jehová, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca, hasta hoy.

27 Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había dado gozo librándolos de sus enemigos.

28 Y vinieron a Jerusalén con salterios, arpas y trompetas, a la casa de Jehová.

29 Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel.

30 Y el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes.

31 Así reinó Josafat sobré Judá; de treinta y cinco años era cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba, hija de Silhi.

32 Y anduvo en el camino de Asa su padre, sin apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.

33 Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún no había enderezado su corazón al Dios de sus padres.

34 Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de los reyes de Israel.

35 Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá trabó amistad con Ocozías rey de Israel, el cual era dado a la impiedad,

36 e hizo con él compañía para construir naves que fuesen a Tarsis; y construyeron las naves en Ezión-geber.

37 Entonces Eliezer hijo de Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.

Análisis Bíblico

Especificaciones teológicas

Dios es el soberano que lucha por su pueblo, demostrando su poder a través de la derrota de enemigos superiores. La confianza en Dios y la obediencia a su palabra son esenciales para la victoria. La oración y el arrepentimiento son cruciales para recibir la ayuda divina.

Contexto hermenéutico

El libro de los Reyes y Crónicas presenta una historia de Israel, enfatizando la importancia de la fidelidad a Dios y las consecuencias de la desobediencia. La situación de Josafat refleja la vulnerabilidad de los pueblos de Israel ante potencias extranjeras, resaltando la necesidad de buscar la protección divina. El contexto cultural es el de un reino en guerra, buscando la salvación a través de la fe.

Síntesis bíblica

El capítulo enfatiza la importancia de confiar en Dios en medio de la adversidad, incluso cuando la situación parece desesperada. La oración, la humildad y la adhesión a la palabra de Dios son esenciales para la victoria. Dios escucha las súplicas de su pueblo y los protege, demostrando su fidelidad y su soberanía sobre todas las naciones.

Interpretación

En este capítulo, el rey Josafat enfrenta una gran amenaza de guerra por parte de los pueblos de Moab y Amón. Al recibir la noticia, siente miedo, pero en lugar de rendirse, busca a Dios y convoca a todo Judá para ayunar y orar. Durante su oración, reconoce el poder de Dios y su fidelidad hacia Israel. Dios responde a través de un profeta, asegurando que la batalla no es de ellos, sino de Él, y les instruye a confiar y alabar. Cuando Josafat y su pueblo obedecen, Dios interviene y causa que sus enemigos se destruyan entre sí. Finalmente, celebran su victoria y regresan a Jerusalén llenos de gozo y gratitud.

Significados

  • Contexto Histórico: Este evento ocurre en un periodo en que Judá estaba bajo la amenaza de varios pueblos enemigos. Josafat, rey de Judá, fue conocido por su búsqueda de Dios y reformas religiosas. La guerra era una experiencia común en aquellos tiempos, y la dependencia de Dios en situaciones de crisis era fundamental para la identidad del pueblo de Israel.
  • Poder de la Oración: Josafat no actúa por su cuenta, sino que busca la dirección de Dios. Su oración es un ejemplo de humildad y reconocimiento de la soberanía divina. Esto nos enseña que en momentos de angustia, debemos volvernos a Dios en busca de guía y fortaleza.
  • La Respuesta de Dios: A través del profeta Jahaziel, Dios les asegura que la batalla es Suya. Esto refleja la promesa de que Dios está presente en nuestros desafíos y que, a menudo, nuestra lucha no es solo nuestra, sino de Dios.
  • El Poder de la Alabanza: La estrategia de Josafat de enviar cantores a la batalla es un acto de fe. La alabanza y la adoración no solo son respuestas a la victoria, sino que también son armas poderosas en la lucha espiritual. Esto nos recuerda que alabar a Dios puede cambiar nuestras circunstancias.
  • La Victoria Divina: La historia culmina en la victoria de Judá sin que ellos tengan que luchar, lo que refuerza la idea de que Dios puede actuar de maneras inesperadas y poderosas a favor de Su pueblo.

Aplicación a la vida diaria

  • Buscar a Dios en la Adversidad: Cuando enfrentes problemas, grandes o pequeños, no te desesperes. Imita a Josafat, quien primero buscó a Dios. Dedica tiempo a la oración y el ayuno si te es posible. Esto puede ser tan simple como apartar un tiempo para reflexionar y orar en tu día a día.
  • Confiar en la Soberanía de Dios: Reconoce que no tienes el control total sobre las circunstancias. Confía en que Dios tiene un plan, incluso cuando las cosas se ven oscuras. Puedes recordar momentos pasados en los que sentiste Su intervención en tu vida.
  • Alabanza en la Temprana Mañana: Al igual que Josafat, considera la importancia de alabar a Dios incluso en medio de tus luchas. Cantar o escuchar música de alabanza puede cambiar tu perspectiva y darte un sentido de paz en momentos difíciles.
  • Comunidad en la Oración: No enfrentes tus batallas solo. Busca la comunidad, ya sea en tu iglesia o en un grupo de amigos, y comparte tus preocupaciones. Juntos pueden orar y apoyarse mutuamente, creando una red de fortaleza espiritual.
  • Ver las Bendiciones en las Pruebas: Al final de la historia, Judá recibe no solo la victoria, sino también riquezas. Reflexiona sobre cómo las pruebas pueden traer bendiciones inesperadas. Mantente atento a las lecciones y oportunidades que pueden surgir de las dificultades.

Ideas principales del capítulo

  • 1

    No temáis ni os amedrentéis

  • 2

    La guerra no es vuestra, sino de Dios

  • 3

    Creed en Jehová vuestro Dios

Preguntas para reflexión

  1. 1

    ¿Cómo enfrento mis propias batallas?

  2. 2

    ¿Confío en la intervención de Dios en mi vida?

Palabras clave:

ayuno oración adoración victoria

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